A veces nos concentramos de más en lo largo o difícil del camino hacia nuestro objetivo cayendo en desmotivación y procrastinación. Cuando priorizamos el paso a paso , dividiendo el camino en pequeñas tareas, podríamos disfrutar la parte más importante, el proceso.
¿Qué tan fácil te resulta iniciar y además mantenerte realizando actividades como hacer ejercicio, leer, meditar o alimentarte mejor? ¿Te cuesta trabajo levantarte a trabajar a diario o hacer las actividades con las que te has comprometido? Si son actividades que nos hacen tanto bien o que son necesarias para nosotros, deberían ser fáciles de mantener, pero sabemos que no funciona así. Podríamos hablar de múltiples elementos como la disciplina o la responsabilidad, pero me enfocaré en esta ocasión en aquello que solemos llamar “motivación”.
¿Qué es la motivación?
Reeves (2010) describe la motivación como un conjunto de procesos internos y externos que dan energía y dirección a nuestros comportamientos. Si deseo entonces, empezar y mantenerme en cualquiera de los comportamientos descritos inicialmente, requeriré de un tipo de energía especial para lograrlo.
¿De qué depende motivación?
¿De qué depende que exista esa energía?, ¿por qué a veces está y a veces no? Si cuidar nuestra salud debería ser una prioridad en nuestra vida, ¿por qué nos falta esa chispa para hacerlo? La motivación depende de aspectos que no siempre valoramos, en este articulo trataré 3 de estos para facilitarme la tarea de brindar algunas recomendaciones.
Placer
¿Qué tanto disfrutaré realizar dicha actividad? Claramente, será más probable que la realice si esta me genera algún tipo de placer o encuentro una recompensa con ello. Este es uno de los fundamentos de la motivación intrínseca, es decir aquella que proviene de mi voluntad e interés. La extrínseca a su vez, se refiere al caso de conseguir que el medio ambiente me entregue algo a cambio por mi esfuerzo.
Acciones como realizar nuestros hobbies, comer algo rico o tener relaciones sexuales, generan una sensación de satisfacción o placer en nuestro cerebro. Esta sensación es producto de la actividad de neurotransmisores como la dopamina, serotonina y la oxitocina. De esta manera, no requeriré que me digan que obtendré una galleta, o un premio en particular por realizar este tipo de actividades, simplemente desearé hacerlas.
Acciones como realizar nuestros hobbies, comer algo rico o tener relaciones sexuales, generan una sensación de satisfacción o placer en nuestro cerebro. Esta sensación es producto de la actividad de neurotransmisores como la dopamina, serotonina y la oxitocina. De esta manera, no requeriré que me digan que obtendré una galleta, o un premio en particular por realizar este tipo de actividades, simplemente desearé hacerlas.
Novedad
Oímos a menudo expresiones como «la monotonía arruina relaciones» o «estoy aburrido de la rutina». Estas frases no están lejos de lo que a hoy se considera una realidad en la motivación como principio. Prestamos mayor atención a estímulos que son novedosos, incluso nos generan impacto a nivel emocional tanto en agrado como en molestia de mayor intensidad. En la motivación no difiere mucho este aspecto. Tal vez recuerdes cuan ansioso o emocionado puedes sentirte recién ingresas a un trabajo nuevo o la alegría de renovar elementos electrónicos.
Valores
Desde temprana edad empezamos a adquirir principios que guían la forma en que interactuamos con el mundo. Si el cuidado del medio ambiente tiene un valor importante para ti, no será difícil acostumbrarte a botar la basura en el lugar adecuado. Tampoco necesitarás que alguien te regañe o te multen por no hacerlo. De esta forma, las concepciones con las que crecemos guiarán nuestro comportamiento a lo largo de nuestra vida.
Entonces, ¿cómo lo aplico?
Los elementos mencionados con anterioridad son apenas un pequeño abordaje al amplio mundo de la motivación. Estos podemos utilizarlos a nuestro favor aplicando cada uno a nuestras vidas y las actividades que realizamos a diario.
Combina actividades no placenteras con estímulos agradables
El cerebro se mantiene más motivado si la actividad que realizamos nos genera placer o aumento en los niveles de dopamina. Por consiguiente, combinar las actividades que no son tan fáciles de realizar, con estímulos placenteros puede entregarnos una carga extra de energía. Por ejemplo, hacer ejercicio, podría convertirse poco a poco en un hábito si lo combino con música muy agradable mientras lo hago. En este caso estaré buscando herramientas para convertir una actividad poco interesante en algo más agradable y placentero.
Brinda novedad a tus sentidos
Cuando el trabajo diario u otras actividades empiezan a caer en la rutina o monotonía, puede ser necesario buscar formas de agregar variabilidad y novedad. Cambios en el espacio de trabajo o vivienda, experimentar métodos de trabajo nuevos, realizar actividades diferentes a las usuales etc. En todo caso lo importante es brindar a nuestros sentidos algo de novedad respecto a lo que puede terminar siendo rutinario.
Aumenta el valor de aquello que deseas motivar
Si bien los valores suelen mantenerse relativamente estables a lo largo de la vida, es posible ampliarlos a áreas específicas. Esto se logra a medida que se genera mayor conocimiento a través de la investigación. Podríamos ejemplificarlo en comportamientos de autocuidado de la alimentación; conocer más sobre las propiedades de los alimentos y las ventajas o beneficios de la adecuada alimentación, podría aumentar la motivación hacia comportamientos de autocuidado.
En definitiva, empezar a motivarnos y además mantenernos motivados, depende de muchos aspectos. Al menos aplicar estos 3 principios puede ayudarnos a generar nuestras propias herramientas para lograr esa chispa que nos hace falta a veces.